Juan Manuel Martín García (Departamento de Historia del Arte. Universidad de Granada)

Aprender para enseñar, la importancia de la educación patrimonial en la formación inicial del profesorado

Después de más de diez años como profesor de una de las asignaturas del módulo específico de la especialidad de Ciencias Sociales (itinerario Geografía e Historia) del Máster Universitario en Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanzas de Idiomas que se imparte en la Universidad de Granada desde el curso académico 2009/2010, la de Aprendizaje y Enseñanza de las Ciencias Sociales, parece que había llegado el momento para pensar y reflexionar sobre lo que supone la construcción del conocimiento respecto de lo que representa el binomio Patrimonio y Educación.  Y todo ello, porque como ha afirmado la profesora María Luisa Hernández Ríos, “tras muchos años en los que el patrimonio ha tenido un carácter eminentemente ilustrativo en el abordaje de las distintas disciplinas que conforman las Ciencias Sociales, las nuevas realidades, sobre todo a partir de este nuevo milenio, han planteado la necesidad de dar mayor visibilidad a los contenidos sobre patrimonio en el ámbito de la educación formal” (Hernández Ríos, 2016: 180).

La ocasión la brinda la invitación a impartir la conferencia inaugural del I Congreso Internacional HISEDU: la Historia en el ámbito educativo, celebrado en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada del 23 al 26 de mayo de 2018. Con motivo de este congreso tuve la oportunidad de dar forma a una idea sobre la que ya venía pensando como consecuencia de esa experiencia acumulada en la docencia de un título de posgrado que por su carácter habilitante está destinado a aquellos que harán del magisterio en las enseñanzas medias no universitarias el marco de su actividad profesional.

Pensar en ese binomio de patrimonio en educación y educar en patrimonio desde la perspectiva de la formación inicial y  permanente del profesorado que accede a los cuerpos docentes de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato me ha permitido reconocer las oportunidades formativas destinadas a los futuros profesionales de la educación, antes y durante el ejercicio de su actividad, y en qué medida, estas constituyen un elemento esencial con repercusión inmediata sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje que actualmente se desarrollan en el aula. Esa formación debe procurar que el conocimiento de la disciplina que le es inherente, la del Patrimonio, pero también la forma de hacer didáctica de ese patrimonio, llegue al profesorado superando los límites tradicionales y abriendo un nuevo horizonte en el marco de una sociedad cada vez más globalizada en la que, no obstante, es posible desarrollar una dimensión identitaria de la cultura y sus elementos representativos.

El resultado de todo ello se traduce en una reivindicación de la educación patrimonial y de cómo desde la universidad se puede contribuir a ella. Constituye, también, el reconocimiento al que asistimos últimamente del valor del patrimonio como herramienta didáctica en los procesos de enseñanza y aprendizaje de la Ciencias Sociales, porque a través de lo que llamamos la educación en patrimonio es posible despertar en los estudiantes el sentido y la necesidad de que el conocimiento es parte de una acción en la que también resulta importante la conservación, la protección y la sensibilización.

Este trabajo trata sobre ello, sobre su caracterización, sobre el marco académico y normativo en el que se desarrolla y, además, sobre las posibilidades que tenemos a nuestro alcance para su implementación en un marco tan importante como el que representa la formación inicial del futuro profesorado de Educación Secundaria y Bachillerato. 



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