Uno de los profesores de Química de Francisca Bustos fue Don Jesús Yoldi. Retomamos algunos párrafos de nuestro primer artículo sobre la biografía de Francisca Bustos:

Paquita había escuchado al profesor Yoldi hablar en el discurso de apertura del curso académico 1929-1930, el 1 de octubre de 1929, sobre “El elemento químico: su evolución y concepto actual”.

Su contenido pone de manifiesto el profundo conocimiento que el profesor Yoldi tenía de los últimos avances producidos en la Química durante el primer cuarto del siglo XX. Su dominio de la lengua alemana y la abundante bibliografía de la que disponía probablemente le ayudaron en la redacción del documentado discurso, el cual sería posteriormente comentado por el profesor Gonzalo Gallas en el Boletín de la Universidad de Granada.[1]

Del profesor Yoldi aprendió Paquita Bustos a desarrollar el carácter investigador a través de la lectura y profundización de los libros y publicaciones [a buscarlos y utilizarlos en las bibliotecas, a pedirlos prestados a los profesores y alumnos, a comprarlos, si le era posible]. En este mismo sentido, la importancia concedida al aprendizaje de los idiomas para estar al día en los avances científicos. Jesús Yoldi había ayudado al profesor J. Palacios, de la Universidad Central de Madrid, a traducir del alemán en 1930 el libro Química Física de J. Eggert (de la Universidad de Berlín). Sobre esta traducción, el profesor Gonzalo Gallas redactó un comentario en el Boletín de la Universidad de Granada[2]. Como apunte documental, anotamos que María Francisca Bustos en el curso 1931-32 sigue un curso de Alemán[3], dentro de la licenciatura de Química, en el que obtiene la calificación de Sobresaliente Premio.

Ilustración 13. En 1928, durante la visita del Premio Nobel de Física, Pieter Zeeman. A la izquierda, el profesor Gonzalo Gallas. Junto a Zeeman, el Decano de la Facultad de Ciencias, catedrático de Matemáticas, Juan Antonio Tercedor Díaz. A la derecha, junto a la esposa de Zeeman, el profesor de Química, Jesús Yoldi. (Fotografía publicada[1] en 1928 por la Revista Reflejos, de Granada)

El catedrático de Química General, Jesús Yoldi, pertenecía, desde su fundación en 1930, a la Sección Local de la Sociedad Española de Física y Química. La SEFQ de Granada se constituyó cuando ese año de 1930 vino a Granada el profesor de la Universidad central de Madrid, Enrique Moles, que era conocido por el “carácter renovador de sus enseñanzas”. (Mateo Alarcón, P.L. y otros, 2014, p. 289)”. Yoldi Bereau tuvo siempre un “papel muy activo” en la sección granadina de la Sociedad Española de Física y Química. Su actividad investigadora fue “intensa y variada”, como se demuestra en su participación en seminarios, congresos y conferencias. En la primera reunión anual de la SEFQ, en 1930, Yoldi presentó dos trabajos “Sobre el magnesio”, “La valoración del cobre” y una comunicación en la que reflexionaba sobre la “La enseñanza de la Química”.[1]

Las dos cualidades que Francisca Bustos recordaba y subrayaba del profesor Yoldi eran su calidad profesional como investigador y su calidad profesional como docente. La forma de entender la docencia y ponerla en práctica influyó en la joven Paquita que se convenció a sí misma de que la enseñanza constituía un camino que mantenía una puerta abierta, como objetivo alentador -la investigación-, y que abría otras facetas diversas, a través del futuro de los alumnos. Luego vendrían otros tiempos en los que los avances conseguidos, que ella estaba viviendo de forma casi natural como bastantes de sus profesores, se perderían, o, por lo menos, quedarían ocultos, subyacentes, esperando que otros docentes, y otros escenarios los despertaran.

Las actividades formativas complementarias de las clases del profesor Yoldi otorgaban a la enseñanza de la Química la parte práctica y aplicada tan cara a los profesores de la Institución Libre de Enseñanza. Era el trabajo de campo que ellos habían empezado a hacer con los alumnos de Primera y Segunda enseñanza, llevado a la Universidad. Jesús Yoldi Bereau organizaba excursiones de estudios a instalaciones industriales y empresas químicas; iban con él, además de sus alumnos y contadas alumnas -que siempre tenían una presencia destacada-, sus ayudantes en la docencia, entre los que se encontraban dos profesoras en prácticas”.[2]

En 1931, Jesús Yoldi era concejal de la corporación municipal de Granada desde el día 12 de abril de 1931 -además pertenecía al personal directivo de la Universidad de Granada, como miembro del Consejo del patronato- aquella segunda quincena de abril de 1931 en la que iba a hacer su viaje a España Madame Curie. Un viaje rápido para visitar la Residencia de Estudiantes de Madrid y ofrecer una conferencia en la Universidad Complutense. Venía acompañada de su hija Eva Curie, y decidieron aprovechar su estancia en tierras españolas para conocer Toledo, Granada, Almería y Valencia. A Granada, llegaron el 28 de abril a última hora de la tarde, al hotel Palace.

La historia que contó el periódico de la época (El Defensor, de Granada) no es ni exacta ni completa. Porque, además de los estudiantes de la tuna de la facultad de Medicina, que las recibieron por la noche dedicándoles serenatas, al día siguiente, acompañaron a la Premio Nobel y a su hija los alumnos y la alumna de la clase del profesor Jesús Yoldi. Lo sabemos por el citado artículo[1] en el que se recupera la figura histórica del catedrático de Química General y por el testimonio de María Francisca Bustos, recogida en las Memorias[2] que dictó a sus hijas en 2001.  La señorita Paquita Bustos, única chica de la clase, fue la encargada de ofrecerle el ramo de flores a Marie Curie y, pasear con el profesor Yoldi por la Alhambra, sus palacios y sus jardines pintados de primavera. También formaban el séquito los otros diez compañeros, pero Paquita conversaba de cerca con las ilustres visitantes, como mujer y estudiante de Química. Por eso, en nuestra opinión, no es acertado el comentario que hizo en su blog Rosario Mateos, la científica comunicadora que, en 2017, comentó la noticia novelándola. No era aquel del saludo un ramo grande que estorbara a la investigadora, sino una muestra de reconocimiento, agradecimiento y cercanía, que ella acogió con la elegancia especial y sutil que da la dedicación al estudio, cuando se buscan mejoras en la vida de las personas.

Ilustración 15. Madame Curie y su hija, en la Fuente de los Leones.

Ilustración 15. Madame Curie y su hija, en la Fuente de los Leones.

Archivo de ABC. (28 y 29 de abril de 1931)

En el Defensor de Granada[3] sí que aparecía el nombre del profesor Yoldi (en su calidad de concejal) como miembro del comité de recepción de Marie Curie. No vamos a comentar los errores y mezclas temporales que aparecen en los diarios de tirada nacional (El ABC, la Vanguardia[4]), cuando días después se hacen eco de la noticia. La foto que nos queda es de ABC, concretamente, de su reportero gráfico granadino, Manuel Torres Molina. Pero sí que queremos mencionar brevemente las palabras que Madame Curie cruzó con su hija Irene -más tarde- a cuenta de la proclamación reciente de la segunda República española: “emociona ver -decía Marie Curie- qué confianza tienen en el porvenir los jóvenes y muchos de los mayores”[5]. Aparte de la clara referencia política, en nuestra empresa de reconstrucción historiográfica de la figura de Francisca Bustos Jiménez, sugerimos que Madame Curie pudo quedar impresionada por el entusiasmo esperanzador que suponían las palabras de la estudiante Paquita Bustos en aquel paseo por la Alhambra.


[1] Ibíd, pp. 287.

[2] IRIARTE, D., 2001, Op. cit., p. 4

[3] El Defensor de Granada, 29 de abril de 1931.

[4] La Vanguardia, 2 de mayo de 1931. El diario ABC de 5 de mayo de 1931, en su página 10, publicó la foto que hoy conservamos.

[5] “El ambiente que vemos en la joven República es de alegría, y emociona ver qué confianza tienen en el porvenir los jóvenes y muchos de los mayores. Deseo muy sinceramente que no sufran demasiadas decepciones” (En LANGEVIN-JOLIOT, H. et BORDRY, M. (dir.), Marie Curie et ses filles. Lettres. Paris, Pygmalion, 2011. Pp. 348-349.


[1] MATEO ALARCÓN, P.L., GÓMEZ OLIVER, M., MATEO LEIVAS, L. e HIDALGO ÁLVAREZ, R. Op. cit., p. 290.

[2] Ibíd., p. 288.


[1] MATEO ALARCÓN, P.L., GÓMEZ OLIVER, M., MATEO LEIVAS, L. e HIDALGO ÁLVAREZ, R. Op. cit., p. 289.

[2] Boletín de la Universidad de Granada, Biblioteca de la Universidad de Granada, Facultad de Letras, 1929, 111.

[3] Subrayamos también, por otra parte, que el alemán era la lengua extranjera más estimadas por los profesores y simpatizantes de la Institución Libre de Enseñanza, debido a la influencia fundamental de la filosofía krausista y de sus textos en lengua alemana. Así fue después, en muchos casos, para los integrantes de las Sociedades de Amigos del País de cada provincia, en la Junta de Ampliación de Estudios.


[1] Fotografía recogida en el artículo de MATEO ALARCÓN, P.L., GÓMEZ OLIVER, M., MATEO LEIVAS, L. e HIDALGO ÁLVAREZ, R. “Jesús Yoldi Bereau (1894-1936), el profesor de Química que no se presentó a su destino”. Anales de Química, 110 (4), 2014, pp. 286-293.




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