Presentación
Os invitamos a leer un estudio sobre la segunda década del siglo XX en Huéscar, a través del estudio de uno de sus alcaldes. Veréis cómo ya se cambiaba la hora (marzo de 1919). Las solicitudes para instalar calderas con las que obtener esencias. La preocupación por la educación y la sanidad. La atención a los más pobres.
El autor del artículo (Ramón Gómez Laguna) ha querido resaltar, como fruto de su investigación tres puntos importantes que ofrecen el perfil humano y cívico de Pedro López Lefebvre. En primer lugar, el ambiente que hubo en la Alcaldía desde que fue nombrado Alcalde el 1 de abril de 1912. En segundo lugar, la atención a las necesidades del municipio y de sus vecinos en todos los aspectos claves de la vida en sociedad. En tercer lugar, su mentalidad abierta y universal, que le hacía estar al día respecto a los acontecimientos que estaban ocurriendo en la vida nacional e internacional.
Para finalizar, os animaremos a leer la última parte del artículo, en la que se habla de los años de Pedro López Lefebvre tras dejar la alcaldía; también se hace allí una breve exposición de su vida personal y de las consecuencias de la guerra civil (que lo mantuvo en la cárcel de Almería hasta 1939) y de las consecuencias— a su vez— de la posguerra, hasta su muerte, en 1948.
Huéscar a comienzos del s. XX. Pedro López Lefebvre
Resumen
Pedro López Lefebvre fue alcalde de la ciudad de Huéscar de abril de 1912 hasta octubre de 1923. Durante su mandato defendió con empeño la atención social y renovó la administración, en la medida que le permitieron las circunstancias. Le interesaba sobre todo, como a su padre, Pedro López Carbonero, el progreso de los pueblos y la humanización de las instituciones. Fue liberal, en el contexto político de la época, y regeneracionista, por las conexiones con las ideas de Francisco Giner de los Ríos, a través de la obra de este, así como por la lectura de los escritos de Luis Morote y Greus.
Publicado en la Revista Péndulo, nº 24 (2023) un artículo de Ramón Gómez Laguna: «Pedro López Lefebvre, un alcalde regeneracionista y liberal. Huéscar en la segunda década del siglo XX. (1912-1923)», pp. 198-217.
Introducción
Pedro López Lefebvre fue alcalde de la ciudad de Huéscar desde el 1 de abril de 1912 al 30 de septiembre de 1923. Comenzó su mandato a partir de una Real Orden de 27 de marzo de 1912, la número 386, en la que se le nombrada Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Huéscar en sustitución de don Manuel Fernández Sola, quien había presentado su dimisión por motivos personales.
Pedro López Lefebvre había ocupado el cargo de concejal desde 1910. Tanto Pedro López como Manuel Fernández Sola representaban al partido liberal fusionista. Los alcaldes del partido liberal en Huéscar, desde 1910, (Manuel Fernández y Pedro López) contaron en Madrid con la ayuda del Diputado a Cortes, don José Morote y Greus, que fue nombrado Diputado por el Distrito de Huéscar el 7 de mayo de 1910. Ocupó este cargo hasta el 2 de octubre de 1920[1].
Don José Morote y Greus, nacido en Valencia, estudió Leyes. Fue catedrático de Derecho en la Universidad de Valencia. José Morote era hermano del famoso periodista y escritor Luis Morote y Greus, diputado, como su hermano, del partido liberal; muy conocido por sus escritos periodísticos y por su activismo político: era una republicano liberal, a la manera que fue entendida esta postura durante la primera República. Luis Morote y Greus, mayor que José, se formó en la Universidad de Valencia, a partir de 1876, en el ambiente cultural e ideológico de la Institución Libre de Enseñanza, en el círculo de Eduardo Pérez Pujol. Para los estudios de Doctorado, marcha a la Universidad Central de Madrid, y allí tiene como profesor de Filosofía del Derecho a Francisco Giner de los Ríos. Su director de tesis fue Gumersindo de Azcárate. Luis Morote, como veremos al final del apartado 3, fue ante todo un regeneracionista ilusionado, que participó directamente en el gobierno de la nación desde su posición de mano derecha de José Canalejas.
Durante el tiempo que Pedro López Lefebvre estuvo al frente de la Alcaldía de Huéscar fue testigo de acontecimientos importantes en la historia de España, en la historia de Huéscar y en la vida de su familia. Destacamos en estas páginas algunos de estos acontecimientos por su significado, aunque, debido a la amplitud de los temas y a las consecuencias que de ellos se derivan, este artículo constituirá solo un acercamiento a la historia de la segunda década del siglo XX en Huéscar, a través de las actas del concejo, principalmente, aunque también de otros archivos y estudios que iremos señalando.
En primer lugar, ofrecemos unas pinceladas biográficas, que enmarcan los datos del alcalde López Lefebvre en su vida personal. Pensamos que es pertinente la relación con los hitos fundamentales de su vida, no solo al principio, sino también a la largo de su mandato (se entrecruzan con la historia de Huéscar en esos años). Más aún, en el último apartado, veremos cómo la vida de Pedro López Lefebvre desde que dejó la Alcaldía puede arrojar luz para interpretar sus actuaciones como Presidente del Ayuntamiento.
En segundo lugar, como contexto político e institucional en la España de la época, presentamos una visión panorámica de las leyes sobre las elecciones municipales durante la Restauración, de 1886 a 1923. Además, resumimos, en forma de tablas, el nombre de los Diputados a Cortes por el distrito de Huéscar desde 1850 a 1923, destacando cuestiones importantes, como los títulos, las profesiones y las filiaciones políticas (estas últimas, a partir de 1876).
A continuación, dedicaremos un apartado a la toma de posesión como Alcalde Presidente el día 1 de abril de 1912. Son fundamentales las personas que se nombran en la sesión del pleno, así como las palabras que se escuchan de los concejales distintos partidos políticos.
Explicaremos la organización de la Alcaldía y cómo se obtenían y distribuían los aportes de los contribuyentes, de los vecinos que debían contribuir a las arcas del Ayuntamiento para que pudiera funcionar todo el sistema (un sistema que se veía en la tarea —irrenunciable entonces en la institución local— de administrar los pocos recursos de los que disponía como si fuera el estado y el gobierno de la provincia). Había de atender, en primer lugar y con urgencia, a las necesidades de las personas sin recursos.
La importancia que tiene la atención a los necesitados y la dignificación de las personas en la presidencia de Pedro López Lefebvre ocupa un apartado central y extenso. En esta parte se engloban todas las referencias a la llamada entonces “beneficencia” (asistencia sanitaria y social), en donde se aglutinan el funcionamiento del Hospital de San Ildefonso, el Asilo de ancianos, las lactancias de los niños de familias sin recursos, el pago de los viajes al hospital provincial de Granada, los viajes y las estancias en los baños de Zújar, también para las personas sin recursos (y un largo etcétera), así como el pago de las medicinas a los farmacéuticos que cada temporada tenían adjudicada la entrega de medicamentos en régimen de beneficencia. Y todo en una época en que los “pobres de solemnidad” eran numerosos en Huéscar.
El apartado de las mejoras en el municipio, la cultura, el ocio, la música recoge, brevemente, cuestiones relativas al reciente cinematógrafo, al Teatro Oscense, a la Escuela municipal de música, la plaza Mayor y el Centro Oscense. Los siguientes apartados tratan, a manera de muestra, de la instrucción pública y las Escuelas graduadas, de la industria rural, del eco de los acontecimientos de la vida nacional, de la Oscense Obrera. Y, casi al final, del agradecimiento de la ciudadanía a don José Morote y Greus. Como conclusión, presentamos resumida la vida de Pedro López Lefebvre desde que dejó la alcaldía hasta su muerte, en 1948.
Calificamos, por todos los datos, solamente enumerados aquí (y que se desarrollan y se comentan a lo largo del artículo), a Pedro López Lefebvre como un alcalde regeneracionista, en la línea de la formación, el talante y las actuaciones de su padre, Pedro López Carbonero[1], y también en la línea de las lecturas —en la prensa y en los libros— de los escritos de Luis Morote.
[1] Se puede ver el artículo LAGUNA G., M., y GÓMEZ L., R. “La convicción humanista de Pedro López Carbonero. Huéscar, en los albores del siglo XX”. Boletín Del Centro De Estudios «Pedro Suárez», 35, (2022). 285-305.
[1] Durante un corto periodo de tiempo fue gobernador civil de Barcelona (de enero a mayo de 1917). El 21 de enero 1919 renuncia a su cargo de Diputado a Cortes por el distrito de Huéscar en una sesión del Congreso, ya que fue nombrado Subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros. Vuelve a ser Diputado por Huéscar el 31 de mayo de 1919. En 1923, fue nombrado Diputado por el distrito del Puerto de Santa María, en Cádiz.
Notas biográficas
Pedro López Lefebvre era hijo de Pedro López Carbonero —natural de Huéscar— y de Clara Lefebvre Veiret —nacida en Madrid, pero de ascendencia francesa—. Pedro López Lefebvre estudió Derecho en la Universidad de Granada y en la Central de Madrid.
Estuvo en París un año entero, en 1900 (para la Exposición universal). Aprendió de su padre el respeto a las Leyes y a los entresijos de las normas humanas, y asumió —llevándolas a la práctica— sus enseñanzas de vida, en especial, la sabiduría para contextualizar las normas legales y sociales y la disponibilidad moral —fuera de lo común—para situar a la persona siempre por encima de los condicionamientos sociales.[1]
Su padre, Pedro López Carbonero, fue Diputado provincial, por el partido de Huéscar, en 1876-1877, en la restauración borbónica[2] durante un periodo muy breve[3]. Sabemos, por sus palabras y por sus actuaciones, que desde pequeño, en su familia, y desde joven —a través de sus profesores, círculos culturales y amistades— aprendió cuál debía ser la finalidad prioritaria de la política y de las profesiones directamente relacionadas con las normas y la organización social; y que transmitió esta enseñanza a su hijos, en concreto, nos interesa aquí el caso de su hijo Pedro López Lefebvre.
Pedro López Lefebvre se casó en Madrid, en 1904, en primeras nupcias con Visitación Gutiérrez Verdú. El matrimonio tuvo dos hijos, Clara y Pedro López Gutiérrez. En agosto de 1913 falleció Visitación.
El 14 de enero de 1914 contrajo matrimonio —en segundas nupcias— con Cecilia Barranco Rodríguez. Con Cecilia, Pedro López Lefebvre tuvo dos hijas: Catalina y Carmen López Barranco[1]. El matrimonio se rompió en 1917.
En la segunda década del siglo, a partir de 1921, Pedro López Lefebvre volvió a rehacer su vida con su tercera mujer, Josefa Romero Murcia; con ella compartió 27 años. Tuvieron tres hijos, Pedro, José y Herminia López Romero.
[1] Continuaremos las pinceladas biográficas de la vida de Pedro López Lefebvre en el apartado 11. Para más información, se puede ver la op. cit. LAGUNA G., M. y GÓMEZ L., R. Titulados universitarios…
[1] LAGUNA G., M. y GÓMEZ L., R. Titulados universitarios de Huéscar. La saga de los López Carbonero. Granada, Torres Editores, 2022a, p. 37.
[2] Según PORTILLO, B. Hijos ilustres de Huéscar y pueblos comarcanos. Granada, Imprenta de P. Ventura Traveset, 1931, pp. 81-82.
[3] Pedro López Carbonero fue abogado y registrador de la propiedad, además de emprendedor en las tecnologías para las empresas.
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Contexto político e institucional
Las leyes sobre las elecciones municipales durante la Restauración (1886-1923)
[Se puede ver la continuación de este epígrafe en el artículo completo, descarga abajo].
Los Diputados a Cortes
Presentamos un breve informe sobre los Diputados a Cortes[1] por el distrito de Huéscar desde 1850 hasta el final del XIX —en primer lugar—, así como durante las dos primeras décadas del siglo XX —después—, con el fin de situar la labor de Pedro López Lefebvre al frente del cabildo oscense (1912-1923). Dibujamos de esta manera el mapa político, y de poder, de la época. El foco desde Huéscar habla y explica, de algún modo también, la historia de España.
[1] Los datos de este informe están elaborados a partir de la página web del Congreso de los Diputados, en donde aparecen las fichas de los Diputados a Cortes. https://www.congreso.es/es/
Tabla de los Diputados a Cortes por el distrito de Huéscar, 1850-1899
1850-1852 |
Rafael de Bustos y Castilla |
Marqués de Corvera |
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1853[1] |
Manuel Ortiz de Zúñiga |
Ministro Interino de Gracia y Justicia, 1846 |
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1857-1863 |
José de Bustos y Castilla |
Vizconde de Rías |
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1864-1865 |
Luis Gonzaga Page |
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1869-1872 |
Joaquín María Villavicencio[2], nacido en Baza |
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1873-1874 |
Miguel Garrido Pérez[3] |
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1876-1880
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José Carreño de la Cuadra[1] (derrotó al candidato propuesto por el gobierno de la Restauración) |
Liberal |
1876 -1880 |
José Carreño de la Cuadra |
Liberal |
1881-1882 20-03-1882 |
José Carreño de la Cuadra |
Liberal |
1884 |
Fernando Dueñas y López |
Conservador |
1884-1885 |
Stuart Fitz Portocarrero, Carlos María[2], duque de Alba y duque de Huéscar |
Conservador |
1885-1886 |
Juan Funes y Gómez (natural de Cúllar) |
Conservador |
1886 |
Luis Villanova de la Cuadra |
Conservador |
1891 |
Alfonso de Bustos y Bustos, marqués de Corvera |
Conservador |
1893 |
Luis Villanova de la Cuadra |
Conservador |
1896-1898 |
Ramón Barroeta Jiménez |
Conservador |
1898 |
Eduardo Gómez Ruiz |
Liberal |
1899 |
Bruno Portillo y Portillo |
Conservador |
[1] Carreño de la Cuadra, José. Granada, 1850 – Madrid, 1903. Político y periodista. Hermano de Concepción Carreño de la Cuadra, casada en Huéscar con Ramón Barroeta Jiménez. Sobre José Carreño de la Cuadra tenemos, entre otras fuentes, la información que proporciona FERNÁNDEZ ALMAGRO, M. Viaje al siglo XX. Sevilla, Junta de Andalucía, Biblioteca virtual de Andalucía, 2018.
[2] En 1881, había sido elegido el Duque de Alba, Diputado por Badajoz.
Tabla de los alcaldes de Huéscar y los Diputados a Cortes, 1901-1923
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Alcalde de Huéscar |
Diputado por Huéscar |
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1901-1902 |
Conrado Iriarte Iriarte (abogado) |
José Manuel Segura Fernández[1] |
Liberal |
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1903-1905 |
Conrado Iriarte Iriarte |
Miguel Bañón González |
Liberal |
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1904-1905 |
Carlos Barberán Cayuela |
Miguel Bañón González |
Liberal |
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1906 |
Joaquín Fernández Iriarte |
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1907-1910 |
Joaquín Fernández Iriarte |
Francisco Martín y Martín |
Conservador |
1910 |
Manuel Fernández Sola (comerciante) |
liberal |
José Morote y Greus[1] |
Liberal-fusionista |
1912- 1915 |
Pedro López Lefebvre (abogado) |
liberal |
José Morote y Greus |
Liberal-fusionista |
1916- 1920 |
Pedro López Lefebvre |
liberal |
José Morote y Greus |
Liberal-romanonista |
1920-1923 |
Pedro López Lefebvre |
liberal |
Félix Sánchez Ezniarraga
|
Conservador |
1923 |
Manuel Sánchez Chillón (labrador) |
conservador |
Félix Sánchez Ezniarraga
|
Conservador |
1924 |
Marceliano Portillo Muñoz (abogado) |
conservador |
Disuelta la cámara del Congreso |
[1] Mencionamos aquí una actuación que tuvo en Soto de Roma, en 1920 (cuando dejó de ser Diputado por el distrito de Huéscar): MOROTE y GREUS, J. y ARAQUISTÁIN, L., “El Soto de Roma: conferencia, en el Ateneo de Madrid, en la tarde del 9 de noviembre de 1920 : opinión de don Luis Araquistáin : mensajes de los colonos del Soto de Roma al excelentísimo Sr. Duque de Wellington : exposición histórico legal del problema”, Granada, Tip. Lit. Paulino Ventura Traveset, 1921.
[Se puede ver la continuación de este epígrafe en el artículo completo, descarga abajo].
Luis Morote y Greus
Desde 1899, Luis Morote fue colaborador del político liberal José Canalejas. Para conocer la vida y la obra de Luis Morote y Greus, contamos con el libro de Juan Sisinio Pérez Garzón, Luis Morote. La problemática de un republicano (1862-1913). Subrayamos el perfil de Luis Morote como regeneracionista, tal y como lo presenta el autor de este libro. En sus palabras, Luis Morote destaca en el panorama de la producción regeneracionista por el significado democrático de su obra La moral de la derrota, publicado en 1900: muestra la lección del desastre colonial para que este se deduzcan las enseñanzas necesarias para la regeneración nacional[1].
Los postulados regeneracionistas de Luis Morote se podrían resumir diciendo que pone las miras en una “España nueva, moderna y libre”. Estos calificativos equivalen en el plano político —Según Pérez Garzón— a la realización de la revolución democrático-burguesa. Su modelo es la revolución de 1868, pero sin la intervención militar. En el plano económico, la España nueva significa una España pacífica y modesta, el abandono del estado guerrero para transformarse en un estado industrial[2]. Decía Luis Morote que deberíamos volver a esa noción de trabajo, del interés, del comercio, de las fábricas, de la flota mercante, que eso es lo que hace la estructura interior poderosa, que eso es lo que da a las naciones una osamenta de acero blindado.[3]
Si en las metas era palmaria la mentalidad pequeño-burguesa, en los medios se evidencia el idealismo aunado con el radicalismo democrático. El primer medio de regeneración es la instrucción y la enseñanza.[4] En 1909 dirige los diarios La Mañana y La Noche, subtitulados como liberal-socialista. En estos Diarios colaboran, entre otros, Benito Pérez Galdós. Ayudó a crear el Instituto de Reformas sociales: en 1902, fue coautor de un libro decisivo en la historia del reformismo social en España, para justificar el proyecto de Canalejas de crear un Instituto de Trabajo que se aprobó un año después como Instituto de Reformas Sociales.
[1] PÉREZ GARZÓN, J.S. Luis Morote, la problemática de un republicano (1862-1913). Madrid, Castalia, 1997, p. 73.
[2] Ibíd. p. 83.
[3] MOROTE, L. La moral de la derrota. Madrid, Establecimiento tipográfico de G. Juste, 1900. p. 308.
[4] PÉREZ GARZÓN, J.S., op. cit., p. 84.
El nombramiento como alcalde y el clima en el cabildo oscense
1. El nombramiento
Comenzamos por el acta del nombramiento de Pedro López Lefebvre, el 1 de abril de 1912, y su discurso inaugural. En el siguiente apartado, repasaremos, algunos de los hitos destacados de su labor como alcalde de Huéscar, subrayando —además de hechos significativos— el talante y la actitud de Pedro López Lefebvre al frente del Ayuntamiento, como primer responsable de la comunidad oscense.
[Se puede ver la continuación de este epígrafe en el artículo completo, descarga abajo].
2. La mejora de la institución de la Alcaldía
3. La mejora del funcionamiento de las instituciones. Su humanización
[Se puede ver la continuación de estos epígrafes en el artículo completo, descarga abajo].
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La pobreza en Huéscar. La beneficencia
Pobres de solemnidad
Huéscar, en esta segunda década del siglo XX, la que estamos recorriendo desde las actas del Ayuntamiento, era una ciudad muy pobre, como lo era toda la comarca. Junto a los grandes contribuyentes, que pagaban sus tributos al Ayuntamiento, la mayor parte de la población sufría grandes necesidades. Vamos a traer solo algunos ejemplos, relacionados con la viudedad y la falta de recursos, incluso, para ser enterrado.
Por el señor Presidente se manifestó que el vecino de esta ciudad, Genaro Sánchez Ortiz, desea donar al Ayuntamiento el ataúd en que fue depositado el cadáver de su tío, Carlos Ortiz Ortiz[1], fallecido el día 14 de los corrientes, con el fin de que la Corporación disponga de él y lo utilice para conducir a los pobres de solemnidad que fallezcan… (Transcripción de un fragmento del acta del 16 de junio de 1913. AMH).
[1] Carlos Ortiz Ortiz era un propietario que vivía en la calle Abades; tenía 50 años cuando murió. Y todo indica que no estaba casado ni tenía hijos.
La “beneficencia”: la atención sanitaria y farmacéutica. La atención a los necesitados
Fue en 1822, cuando se comenzaron a legislar y a organizar las Diputaciones provinciales[1], cuando las actuaciones de la Beneficencia en los Ayuntamientos comenzaron a ser uno de los ejes constitutivos de su gestión:
Las atribuciones provinciales de la Beneficencia ocuparon probablemente el mayor esfuerzo y la permanente atención por parte de las sucesivas diputaciones, al tratarse de una de las competencias claramente provinciales. Además, en aquellos momentos los poderes públicos trataban de sustituir la acción de una multitud de hermandades, cofradías, fundaciones y otras instituciones eclesiásticas o seglares que carentes de medios adecuados ejercían la caridad, concepto que dichos poderes pretendían transformar en el más moderno de beneficencia.[2]
Aunque se fue desarrollando hasta el final de la Restauración (1923), el instrumento que consiguió que se trabajara sistemática, y realmente, desde las instituciones locales en favor de esta atención sanitaria, farmacéutica y de asistencia a los pobres y necesitados fue la Ley de Beneficencia de 1822: el medio legal para llevar a cabo reforma tan radical fue la Ley de Beneficencia de 6 de febrero de 1822, que contemplaba toda la panorámica asistencial con criterios exhaustivos.[3]
Las juntas municipales de beneficencia —creadas por decretos de 1820 y 1821— eran las garantes y las organizadoras de las prestaciones:
Las prestaciones estaban contempladas en varios epígrafes: hospitalidad domiciliaria, hospitalidad pública, hospicios y casas de maternidad, casas de socorro, socorros domiciliarios.[4]
[Se puede ver la continuación de este epígrafe en el artículo completo, descarga abajo].
El hospital de San Ildefonso
El hospital de San Ildefonso[5] comenzó su andadura en Huéscar en el siglo XVI. Siempre fue el centro de la asistencia sanitaria y de beneficencia en el municipio y su comarca. En la época de Pedro López Lefebvre al frente del Ayuntamiento, el hospital recibió un fuerte impulso e importantes renovaciones, tanto en cuanto a los nuevos aparatos médicos, de reciente tecnología como de personal sanitario cualificado y competente, así como de atención benéfica. Una de las causas de las mejoras que se produjeron esos años en el hospital fue la incorporación a la vida del centro de las Hermanas de los Pobres Desamparados.
Existen documentos de la gestión municipal del hospital de San Ildefonso desde 1833, Una Ley de 1822 había asignado a los Ayuntamientos las competencias en beneficencia. En el siglo XIX, se hicieron obras, y en 1914 se hicieron cargo de él las religiosas Hermanas de los Ancianos Desamparados, que habían llegado para gestionar el asilo.[6]
El 25 de agosto de 1919, el alcalde, Pedro López Lefebvre, se hizo eco, en la reunión en la sala capitular del Ayuntamiento, de la petición de la superiora de la comunidad que atendía el hospital de San Ildefonso.
Por el Sr. Presidente se manifestó que en diversas ocasiones le había expuesto la superiora de las religiosas que prestan servicio en el Hospital de San Ildefonso que, debido al encarecimiento de los artículos de primera necesidad, resultaba insuficiente la consignación de doscientas pesetas mensuales para atender a los gastos ordinarios del benéfico establecimiento; y añadiendo que, en el día de ayer había recibido una carta de aquella Sra. insistiendo en sus manifestaciones, y rogando se aumentase la subvención, siquiera fuese por algunos meses, pues, de lo contrario, se vería obligada a dar cuenta a la Superiora General, para que adoptase las medidas oportunas.
Enterado el Ayuntamiento, y considerando muy justa la petición de la mencionada religiosa, por unanimidad acordó que, con cargo al capítulo de imprevistos del presupuesto del Hospital de San Idelfonso, se giren desde el próximo septiembre, hasta fin del ejercicio económico, 27 ptas. y 85 céntimos mensuales en concepto de subvención para los gastos ordinarios del establecimiento.”
(Transcripción de un fragmento del Acta del Ayuntamiento del 25 de agosto de 1912, AMH).
Hospital de San Ildefonso, hacia 1970. AMH
En este apartado, hacemos mención —de manera rápida— la actuación de Pedro López Lefebvre en la crisis sanitaria que supuso, en 1918, la epidemia de la gripe española (más adelante volveremos sobre este tema). Todavía en esos años, los Ayuntamientos eran los encargados de contratar a los médicos, de ocuparse de la beneficencia, como estamos viendo, y de organizar y coordinar todo lo relacionado con los problemas de salud.[7]
Velar personalmente por el recto y justo trato de la beneficencia
Como ejemplo de la forma de ser de Pedro López Lefebvre, manifestada claramente en su labor al frente de la Alcaldía, recogemos este suceso —relativo a la beneficencia— que ocurrió en octubre de 1912.[8]
Por el Sr. Presidente [el Alcalde] se manifestó que hace tres o cuatro días se presentó en estas oficinas una mujer solicitando por cuenta de la beneficencia municipal cuatro frascos de suero antidiftérico para una parienta suya enferma e inscrita en el padrón de familias pobres. Y, como quiera que se habían agotado los adquiridos por el Ayuntamiento y también los que existían en la farmacia, Don José María Jiménez Muñoz envió a dicha mujer a la oficina del titular Don Tomás Rodríguez de la Iglesia, para que este entregase los frascos, puesto que, según informe del facultativo, Don Regino Granero, dicho farmacéutico tenía existencias de del expresado medicamento.
A los pocos momentos, volvió la mujer manifestando que Don Tomás Rodríguez le había dicho que se le habían concluido lo frascos, y temiendo el que habla que esta contestación fuese un pretexto por no llevar la mujer el importe, le entregó veinte pesetas, e, inmediatamente fueron servidos los frascos.
No ignora el que lleva la palabra que los farmacéuticos titulares no están obligados a facilitar a la beneficencia municipal medicamentos específicos; pero es un hecho público y notorio que cuantos frascos de suero ha suministrado el otro farmacéutico don José María Jiménez Muñoz para las familias pobres le ha sido abonado su importe por esta Depositaria o reintegrados en el momento en que la Alcaldía ha recibido los que tenía encargados a Murcia o a Granada, cosa que hubiese efectuado también en el presente caso.
Y, como quiera que el dicente entiende que el Subdelegado de Farmacia, Don Tomás Rodríguez de la Iglesia no ha obrado en esta ocasión con arreglo a los más rudimentarios principios de amor al prójimo, puesto que con su extraña conducta (si no hubiera habido seguridad de que tenía existencias de mencionado suero), quizás habría fallecido aquella enferma, lo ponía en conocimiento del Ayuntamiento para lo que haya lugar.
Enterada la Corporación, y después de una ligera deliberación, por unanimidad acordó haber visto con profundo desagrado la conducta observada en este caso por el farmacéutico titular, Don Tomás Rodríguez de la Iglesia, y que se ponga el hecho en conocimiento de la Junta provincial de Sanidad.”
(Transcripción de un fragmento del Acta del Ayuntamiento del 7 de octubre de 1912, AMH).
[1] NIETO GARCÍA, A., ORDUÑA REBOLLO, E. y Salvador Crespo, M. (2012) El bicentenario de las diputaciones provinciales: (Cádiz 1812). Madrid: Fundación Democracia y Gobierno local.
[2] ORDUÑA REBOLLO, E. “Orígenes de las diputaciones provinciales: territorio y administración”, en NIETO GARCÍA, A., ORDUÑA REBOLLO, E. y SALVADOR CRESPO, M., op. cit. pp. 33-114.
[3] Ibíd., p. 70.
[4] Ibíd., pp. 70-71.
[5] Ver la op. cit.: LAGUNA, M. y GÓMEZ, R. (2022a) Titulados universitarios…, pp. 43-45.
[6] Conversaciones con Jesús Daniel Laguna Reche, historiador y experto en la historia de la beneficencia en Huéscar.
[7] Del mismo modo, ocurría con la educación, el orden público (guardia civil, etc.), el juzgado.
[8] Ver LAGUNA, M. y GÓMEZ, R. (2022a), op. cit., pp. 39-40.
[Se puede ver la continuación de este epígrafe en el artículo completo, descarga abajo].
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Las mejoras en el esparcimiento y la cultura
La Plaza Mayor y el Centro Oscense
El 3 de marzo de 1919 en la sesión del Ayuntamiento se habló de los gastos producidos por la construcción de aceras y de los arreglos de los accesos a la Casa Consistorial y al Centro Oscense:
Se presentó la cuenta de los gastos ocasionados con motivo del acopio de materiales para la construcción de aceras de cemento en la población, o sea, el valor de adoquines y de bloques de cemento traídos de Galera y Granada, respectivamente […], cuya cuenta asciende a la cantidad de 1713,96 ptas. […] El presidente usó de la palabra manifestando que, encontrándose en pésimo estado el piso de la acera en todo el frente que ocupa la Casa Consistorial y el Centro Oscense, se había puesto al habla con la junta directiva de esta sociedad, y, después de varias conferencias, convinieron en que era conveniente y necesario transformar aquella acera con ladrillos de cemento y borde de adoquines, cuya obra prestaría, además, embellecimiento a la Plaza Mayor, estando dispuesto el Centro Oscense a contribuir con la mitad de los gastos que se ocasionasen. El dicente [el Alcalde] juzgó esta proposición altamente beneficiosa para los fondos municipales […].
(Transcripción de un fragmento del Acta del Ayuntamiento, 3 de marzo de 1919, AMH).
Instrumentos para la Escuela Municipal de Música
Así pasó con la compra de instrumentos para la escuela municipal de música (los que usaban hasta entonces estaban bastante deteriorados). El 10 de junio de 1918, aparece el siguiente acuerdo en el Acta del Ayuntamiento:
[…] El Sr. Alcalde añadió que estas observaciones del Sr. Serrano [director de la escuela municipal de música, que había sido nombrado hacía poco] son exactas, toda vez que, con motivo de las fiestas de Semana Santa y las celebradas en honor de las Santas Patronas, en el año corriente, ha habido necesidad de pedir prestados algunos instrumentos de la disuelta banda de la sociedad La Oscense Obrera, que el presidente de la misma don Honorio Díaz Pablos ha cedido galantemente ante la imposibilidad de tocar con los de la municipal. Manifestando, además, el Sr. Alcalde que puesto al habla con el Sr. Díaz Pablos, este le había expuesto que aquella sociedad estaba propicia a vender al Ayuntamiento todo el instrumental, papeles de música, atriles y efectos, haciendo una baja de consideración importante de la factura. Enterada la Municipalidad, y, después de una detenida deliberación, por unanimidad acordó dar un amplio voto de confianza al Sr. Alcalde para que adquiera de la Oscense Obrera los instrumentos, obras musicales y demás, al precio que estime oportuno, toda vez que está bien acreditado su celo en defensa de los intereses municipales.
(Transcripción del fragmento del Acta del Ayuntamiento, 19 de junio de 1918, AMH).
[Se puede ver la continuación de este epígrafe en el artículo completo, descarga abajo].
Teatro y cine
El desarrollo del municipio. El Teatro Oscense: teatro y cine
Siempre implicado en el progreso y el desarrollo del municipio, Pedro López Lefebvre se preocupó de que las novedades tecnológicas llegaran al pueblo, las que suponían mejoras sociales y las que implicaban cultura y entretenimiento.[1]
Durante su mandato, el Teatro Oscense se siguió utilizando, con un nuevo impulso, para representaciones teatrales y, —de manera novedosa a partir de 1919— para su uso como sala de cinematógrafo. Recordemos que en esta época el cine fue un revolucionario invento, que estaba llegando con cuentagotas a los pueblos de España.
El Teatro Oscense de Huéscar se había inaugurado hacia 1858, después de que se realizara la adaptación arquitectónica de la iglesia del antiguo convento de Santo Domingo (de mediados del siglo XVI), y que fue transformada para ser destinada a este nuevo uso. Tras las desamortizaciones, la iglesia quedó desglosada del convento y fue a parar a manos de una sociedad de señores locales deseosos de crear un buen teatro en esta ciudad. En el contexto de la fiebre teatral y literaria que se respiraba en nuestro país a mediados del siglo XIX se produjo la constitución de la Sociedad del Teatro Oscense, lo que supuso el primer paso para su edificación.[2]
En el acta del 19 de julio de 1916 del cabildo de Huéscar, encontramos esta referencia histórica a los inicios de las proyecciones del cinematógrafo en nuestra ciudad. Aparece en las Actas porque había surgido un problema respecto a la rotura de lámparas eléctricas del alumbrado público. Tras ese dato curioso, encontramos la evidencia sobre la llegada del cine:
En vista del crecido número de lámparas del alumbrado público que, casi diariamente, se funden, con grave perjuicio de los fondos municipales, el Ayuntamiento acordó por unanimidad que se interese la Sociedad Eléctrica de Huéscar; se proceda por sus dependientes al arreglo de los desperfectos que existan en la red y acometidas de los reflectores de alumbrado, ordenando al propio tiempo a la empresa del cinematógrafo el uso en plazo breve de un hilo directo a las proyecciones, pues los desperfectos en la red y las bruscas interrupciones de luz para el cinematógrafo son indudablemente las causas de que se fundan las lámparas (pues en una sola noche se inutilizaron 28), aparte de la semi-oscuridad que reina en algunos barrios las noches que se proyectan películas en el Teatro; estando el Ayuntamiento dispuesto a sufragar los gastos que ocasione el arreglo de las acometidas de los faroles del alumbrado público, luego que conozca la cantidad a que próximamente puedan ascender.
(Transcripción de un fragmento del acta del Ayuntamiento, 19 de julio de 1916, AMH).
[1] Ver LAGUNA, M. y GÓMEZ, R. (2022a), op. cit., pp. 39-43.
[2] VENTAJAS DOTE, F. (2007) “Arquitectura y espacios para el espectáculo: hacia una historia de las salas cinematográficas en las comarcas de Guadix, Baza y Huéscar (primera parte, 1896-1959), Boletín del Centro de Estudios Pedro Suárez, 20, pp. 181-242, p. 187.
[3] Fotografía proporcionada por el Archivo Histórico Municipal de Huéscar. Publicada en Barcelona, en 1915, por la editorial Alberto Martí.
Escuelas Graduadas. Instrucción pública
Las Escuelas Graduadas, 1911
Siendo alcalde Manuel Fernández Sola se inauguró el edificio de las Escuelas Graduadas de la carrera de Baza, que se había construido gracias a la gestiones del Diputado don José Morote y Greus. Desde entonces, la calle cambió su nombre y se llamó “calle Morote”.
Desde la Ley Moyano en 1857 hasta las cuatro primeras décadas del XX, se llamaba escuela graduada al grupo de niños con su maestro y al grupo de niñas con su maestra. El maestro en la oposición ganaba su escuela en un lugar concreto. Podían estar en lugares —edificios— diferentes dentro del mismo pueblo. A comienzos de siglo, como es el caso de Huéscar, en 1911, empezaron a reunirse en un mismo edificio para que la actuaciones fueran más coordinadas y se optimizaran los recursos.
Pedro López Lefebvre, durante su mandato, se dedicó —como siempre debían hacer todos los Ayuntamientos en esta época—, de manera inmediata a arreglar todos los desperfectos que iban surgiendo en el edificio, a pagar el salario de los maestros y el alquiler de su vivienda, si era necesario; asumían los gastos de la enseñanza.
Sin embargo, Pedro López Lefebvre, como en el caso de la beneficencia, también lideraba propuestas y solicitudes que mejoraran la formación de los niños y niñas de Huéscar, llevando a la práctica las convicciones de la Institución Libre de Enseñanza y de Luis Morote.
Para Luis Morote, la regeneración de un pueblo es cuestión de pedagogía. Y esta regeneración se ha de operar primero y ante todo en el interior de la persona, mediante la educación: lo primero es formar hombres, acumular fuerza social y moral, dotar al país de ideales[1]. Fija el programa educativo en las tres consignas de Giner de los Ríos: el desarrollo de la inteligencia, la formación moral y el desenvolvimiento de la fuerza física. […] el hombre íntegro y armónico.[2]
[1] MOROTE Y GREUS, L. La moral de la derrota, op. cit, p. 470.
[2] PÉREZ GARZÓN, J.S., op. cit., p. 84.
Fotografía de Ramón Gómez Martínez
[Se puede ver la continuación de este epígrafe en el artículo completo, descarga abajo].
Oposiciones para una maestra. 18 de noviembre 1912
En Huéscar, en 1912, Pedro López Lefebvre se implica en la solicitud de permanencia de una maestra.
Por el Sr. Presidente se manifestó que, por la Junta provincial de Instrucción pública, previo informe de esta local, se ha concedido autorización a doña Pilar Martín Cobos, maestra interina de la escuela graduada de esta ciudad, para que pueda practicar los ejercicios de las oposiciones a escuelas vacantes de este distrito universitario. El que habla [el alcalde], recogiendo las unánimes aspiraciones de los padres de familia y de los individuos de esta Junta local, opina que la Corporación debiera acordar se solicite de la Junta provincial que, si como es de esperar, doña Pilar Martín Cobos obtiene alguna escuela en propiedad, se la destine a la sección de párvulos de esta graduada.
Enterado el Ayuntamiento y considerando que dicha profesora ha merecido unánimes elogios de las personas cultas de esta ciudad por el brillante estaba en que se encuentra la escuela a su cargo, a pesar del poco tiempo que la viene desempeñando, y que, la Junta local de Instrucción pública le ha concedido dos expresivos votos de gracias al estampar las actas el resultado de los exámenes verificados en julio de 1911 y julio último, por unanimidad acordó:
De entera conformidad con lo expuesto por el Sr. Presidente, y, a esta fin, que se remita a la Junta provincial certificado de este acuerdo, por si fuese posible satisfacer los justos deseos del Ayuntamiento.
(Transcripción de un fragmento del acta del 12 de noviembre de 1921. AMH).
Sabemos que Pilar Martín Cobos no obtuvo la plaza (la escuela) de Huéscar sino que la destinaron a Aragón, a un pueblo de Huesca. En los años siguientes consiguió una permuta para volver a la provincia de Granada. En 1925 estaba en Galera, y participó activamente en la inauguración del Colegio del Santo Cristo de la Inspiración, ceremonia para la que había compuesto un himno. Lo más importante para nuestra historia es que, todavía en 1957, seguía trabajando con ilusión y entrega, y que obtuvo un premio nacional en educación, por la provincia de Granada[1].
La cueva-escuela de Barrio Nuevo, 1915
Se dio cuenta de un escrito que dirige don Juan Sánchez Jiménez, Maestro de la escuela de Barrio Nuevo, manifestando que, enterado de que en el presupuesto actual no figura consignación para pago del alquiler de la cueva donde se halla instalada la Escuela a su cargo, recurre en demanda de que se abonen cincuenta pesetas anuales por tal concepto, desde el 1 de septiembre del 1915; el Ayuntamiento, enterado y después de una detenida deliberación, por unanimidad acordó que, con cargo al capítulo de imprevistos, y a razón de cincuenta pesetas anuales, se satisfaga el alquiler al dueño de la cueva […] hasta el día en que se encuentre terminado el nuevo edificio destinado a escuela en dicha barriada, que, por suscripción se está construyendo.
(Transcripción del acta del 2 de febrero de 1916).
La nueva escuela de Barrio Nuevo, construida por suscripción popular, 1916
El Sr. Presidente dio cuenta a la Corporación de que el Maestro, don Juan Sánchez Jiménez, había tomado posesión de nuevo, con fecha primero del actual (1-07-1916) de la Escuela nacional de asistencia mixta de Barrio Nuevo, cesando en la de Adra (Almería); y, teniendo derecho a que se le facilite casa-habitación[2] para él y su familia, contrató, en unión con el Regidor Síndico, en la misma fecha, con Patrocinio Lapaz Gómez, de estos vecinos, una casa propiedad del mismo, sita en la calle Alhóndiga, por tiempo máximo de un año […].
(Transcripción de un fragmento del acta del 12 de julio de 1916, AMH).
[1] Escuela española, 8 de marzo de 1957. “Premios del Instituto Nacional de Previsión” para Inspectores y Maestros.
[2] Desde el siglo XVI, se llamaba casa-habitación a las viviendas, de cualquier tipo.
Fotografía de Ramón Gómez Martínez
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La industria rural
Situación.
Destilación de plantas aromáticas en la explanada de Barrio Nuevo, junto a la acequia de la Almohala.
Destilación de esencias vegetales [esenciales] cerca del río Barbata y Fuencaliente.
Destilación de plantas aromáticas en el paraje de Santa Quiteria.
Una fábrica de papel de esparto (antes de que termine la guerra europea).
[Se puede ver el desarrollo de estos epígrafes en el artículo completo, descarga abajo].
Fábrica de papel de esparto (Proyecto)
Una fábrica de papel de esparto (antes de que termine la guerra europea)
Se dio cuenta de una instancia que dirige desde Madrid don Manuel F. Figares y Castella, profesor de la Escuela de Ingenieros de Minas, manifestando que desea construir una fábrica de papel de esparto para utilizar el que se produce en la esteparia de Guadix-Baza-Huéscar, habiendo conseguido que una casa de Edinburg, constructora de esta clase de maquinaria, se comprometa a entregarla antes de que termine la guerra europa, siempre que el Ministerio de la Gran Bretaña le conceda el correspondiente permiso, exigiendo para ello dicho centro que se se acredite por certificado de las autoridades españolas que la implantación de la industria que se crea es de urgente necesidad. Enterado el Ayuntamiento y considerando que el esparto que se produce en este término municipal se vende para la exportación, que está actualmente muy dificultada por la gran elevación de los fletes y la escasez de tonelaje, ocasionando esto una baja tan grande en el precio del esparto que hay muchos cotos en los que no puede recolectarse, produciendo la ruina de los propietarios y la miseria en muchos vecinos […].
(Transcripción de un fragmento del acta del 25 de julio de 1917, AMH).
Nota: la fábrica de papel de esparto se instaló en Benalúa de Guadix[1]. La razón fundamental, además de que estaba más cerca de Granada, fue la presencia fundamental del ferrocarril, que facilitatiba tanto la llegada de la materia prima como la salida y distribución del producto elaborado.
El tercer proyecto industrial planteado en la comarca de Guadix […]. La iniciativa provenía del ingeniero agrónomo granadino Manuel Fernández-Fígares Méndez y de su progenitor, el ingeniero de minas Manuel Fernández-Fígares Castella, presidente de la Unión Agrícola Azucarera Nuestra Señora del Carmen. Al primero se le presentaba como un estudioso de la recuperación alcalina, la naturalización y aprovechamiento de las aguas residuales de la industria del esparto, cuyos experimentos habían dado un resultado satisfactorio […] Tanto en Baza como en Huéscar, el joven Fígares mantuvo reuniones con los propietarios de cotos de esparto para estudiar las bases de organización de una sociedad cooperativa espartera y la instalación de una fábrica de pasta de esparto. El avance del proyecto industrial contemplaba el uso de energía eléctrica producida en un salto de agua y la recuperación de la sosa empleada en la fabricación.[2]
[1] SÁNCHEZ GÓMEZ, M.A. “La explotación comercial del esparto y la industria de la pasta de celulosa en la comarca de Guadix (1865-1928)”. Boletín del Centro de Estudios Pedro Suárez: Estudios sobre las comarcas de Guadix, Baza y Huéscar, 34 (2021), pp. 203-253.
[2] Ibíd., pp. 230-231.
se asoma La Sagra. Fotografía de Ramón Gómez Martínez
Acontecimientos de la vida nacional en el Ayuntamiento de Huéscar
Sobre Moret y Maura, 1909
El 1 de abril de 1912, en la toma de posesión del alcalde López Lefebvre, el concejal del partido conservador, Juan de Dios Portillo Galdón, había comentado en el pleno la entrada del gobierno de Segismundo Moret en 1909 y la salida de Antonio Maura[1], tras los sucesos de la Semana Trágica. Juan de Dios Portillo comentó la valía de las personas por encima de los partidos políticos.
[1] Maura había sufrido un atentado el 4 de abril de 1904.
Asesinato de Canalejas en noviembre de 1912
En la ciudad de Huéscar, a 18 de noviembre de 1912 […]. El Sr. Presidente [el alcalde] comunica que envió al Ministerio de la Gobernación un telegrama, en nombre del Ayuntamiento y del vecindario, dando el más sesntido pésame al Gobierno por la pérdida del eminente estadista [don José Canalejas]; y que el Ministro del ramo le dirigió, con fecha 7 del actual, el siguiente despacho: “El Gobierno agradece a la Corporación de su dian presidencia, a esa culta y honrada población, el telegrama y manifestaciones de pésame e indignación por la villana muerte del preclaro e inolvidable Jefe”. Enterado el Ayuntamiento, acordó por unanimidad aprobar la determinación del Sr. Presidente y que se haga constar en acta la protesta más solemne y el profundo sentimiento de la Municipalidad, que es el de toda la población, por la pérdida del insgine Sr. Canalejas. (Transcripción del acta de 18 de noviembre de 1912, AMH).
Cabría destacar la posible influencia en el quehacer político de Pedro López Lefebvre de la línea renovadora dentro del partido liberal encarnada por el presidente del gobierno José Canalejas, que fue asesinado en Madrid, enfrente de una librería, el 12 de noviembre de 1912, y cuyo eco llega a Huéscar y se recoge en las actas del concejo.
La Primera Guerra mundial (la guerra europea)
Hemos visto aparecer su actualidad y sus consecuencias en el acta del 25 de julio de 1917 (ver el apartado anterior): es necesario enviar el compromiso del Ayuntamiento, exponiendo por qué es esa industria de urgente necesidad para la zona. Justamente en los argumentos de la respuesta del concejo también encontramos datos sobre los efectos negativos de la guerra en Europa; además nos ofrece un informe sobre la situación de la recogida, el tratamiento y el comercio con el esparto durante esos años.
La gripe española de 1918
El 30 de septiembre de 1918, se dio lectura en la sesión del concejo a una Proposición que habían preparado la comisión de concejales (Rafael Sánchez Cabrera y Dionisio López) encargados del problema de sanidad por el que estaba atravesando España y que afectó de una manera destacada al sureste peninsular, especialmente a las zonas deprimidas, con era esta del noreste de Granada:
A pesar de las medidas oportunamente tomadas por la Junta de Sanidad de esta población, por el Ayuntamiento y por la Alcaldía, que ha dictado bandos referentes a la salud pública con motivo del recrudecimiento de la epidemia de grippe que ha invadido a casi todos los pueblos de los distritos de Baza y Huéscar y otros comarcanos de las provincia de Almería y Murcia, surgen las siguientes consideraciones: 1. Suspender la celebración de la Feria de esta ciudad y toda clase de festejos públicos hasta que las circunstancias lo aconsejen. […] 2. De conformidad con lo manifestado y con las iniciativas gubernamentales, debe acordarse también el cierre temporal de todas las escuelas de esta población.
(Transcrpción del fragmento del acta de 30-09-1919, AMH).
El 18 de noviembre de ese mismo año, comprobando que había cesado en la ciudad la epidemia de la grippe, y también en los pueblos comarcanos, que ordenó que se abrieran las escuela públicas y privadas, y que se celebraran de nuevo los mercados semanales.
Cambio de hora. 31 de marzo de 1919
[Se puede ver el desarrollo de este epígrafe en el artículo completo, descarga abajo].
El centro obrero oscense
[Se puede ver el desarrollo de este epígrafe en el artículo completo, descarga abajo].
Agradecimiento a D. José Morote y Greus
Presentamos algunas referencias a la participación del Diputado don José Morote en los asuntos que preocupaban a la localidad de Huéscar y sus habitantes.
El 24 de junio de 1912 (en contra de la importación de trigos extranjeros):
A propuesta del concejal don Dionisio López García, el Ayuntamiento acordó por unanimidad, autorizar al Sr. Alcalde para que eleve respetuosa instancia al Exmo. Presidente del Consejo de Ministros, a fin de que no se acceda a la admisión temporal de trigos extranjeros, puesto que lo contrario ocasionará la completa ruina de los agricultores de eta región, colocándolos en condiciones de no poder atender a sus más apremiantes necesidades, y que la solicitud se remita por conducto de nuestro diputado a Cortes Don José Morote, rogándole la presente y que se oponga con su voto a la implantación de los solicitado por los industriales catalanes.
(Transcripción de un fragmento del acta de 24 de junio de 1912, AMH).
El 16 de junio de 1919. Permanencia del Puesto de la Guardia civil:
Por el Sr. Presidente se manifestó que, por resultado de la instancia que se remitió al Ministerio de Gobernación en solicitud de que se dejase sin efecto la orden de traslado de la fuerza de Caballería del Puesto mixto de esta ciudad [de la Guardia civil], de conformidad al acuerdo adoptado en sesión de 2 de junio, había recibido un telegrama del Diputado a Cortes por este distrito, Sr. Morote, participándole que, de Real Orden, se ha dispuesto la conservación de dicha fuerza en esta localidad; y, el Ayuntamiento enterado, acordó hacer constar en acta su satisfacción por eta disposición que ha de conjurar en parte los peligros que nos amenazan, teniendo en cuenta las difíciles circunstancias por que atravesamos; y que se den las más expresivas gracias al Sr. Morote, a cuyas activas gestiones se debe este nuevo beneficio.
(Transcripción del fragmento del acta de 16 de junio de 1919).
El 10 de mayo de 1916, Pedro López Lefebvre, como alcalde, informa al Ayuntamiento de que se ha recibido un telegrama del Sr. don José Morote y Greus señalando que había sido nombrado en el Gobierno Director de la Administración Local, aunque “se reitera fiel defensor de ese distrito de Huéscar”.
El 14 de marzo de 1917, se indica que el Sr. Alcalde ha salido para la ciudad de Barcelona, “presidiendo la Comisión de representantes del distrito electoral que va a practicar un homenaje a nuestro diputado a Cortes, don José Morote”. Había sido nombrado gobernador de Barcelona (lo fue de enero a mayo de 1917).
[Se puede ver la continuación de este epígrafe en el artículo completo, descarga abajo].
A modo de conclusión
De 1924 a 1948
Pedro López Lefebvre en la cárcel de Almería
A Pedro López Lefebvre lo detuvieron y lo encarcelaron, como a su hermano Manuel[1], además de otros miembros de su familia y otros habitantes de Huéscar. Del 14 de septiembre de 1936 al 28 de julio de 1937, Pedro López Lefebvre permaneció preso en la cárcel de Almería, según indica el documento presentado abajo (de la Pieza tercera de Almería. Cárceles y sacas, AHN), Pedro estaba “a disposición del Auditor de Guerra”. En 1936, ya hacía 13 años que no era alcalde; su oficio, según recoge la tabla era “industrial”.
[1] A Manuel López Lefebvre lo fusilaron en febrero de 1937. Durante la guerra, también ejecutaron a dos de los hijos de Manuel y a dos sobrinos (entre otros descendientes de los López Carbonero).
[Se puede ver el desarrollo de este epígrafe en el artículo completo, descarga abajo].
Fotografía de Ramón Gómez Martínez[1]
[1] Ruta Reale de Automóviles Antiguos. Granada, junio de 2021.
Como conclusión final
Expresamos públicamente la necesidad de recuperar la historia de Pedro López Lefebvre como alcalde y como vecino de Huéscar, porque, entre otras razones que ya hemos señalado, su línea renovadora dentro del partido liberal, su actitud de regeneración de la vida política, su clara vocación de servicio y su apuesta social, lo hacen merecedor de estar presente en el recuerdo de los ciudadanos de Huéscar.
Referencias bibliográficas
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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VENTAJAS DOTE, F. (2007) “Arquitectura y espacios para el espectáculo: hacia una historia de las salas cinematográficas en las comarcas de Guadix, Baza y Huéscar (primera parte, 1896-1959), Boletín del Centro de Estudios Pedro Suárez, 20, pp. 181-242.
FUENTES
Archivo Histórico Municipal de Huéscar:
Actas del cabildo municipal de Huéscar de 1900 a 1923.
Archivo Histórico Nacional:
Archivo Histórico Nacional. Pieza tercera de Almería. Cárceles y sacas. Fecha de formación 1942–1944. Código de referencia: ES.28079.AHN//FC-CAUSA_GENERAL,1160,Exp.2.
Archivo Histórico Nacional, FC-CAUSA_GENERAL,1160,Exp.2. Página 16. Ficha de Honorio Pablos Díaz.
Página web del Congreso de los Diputados:
https://www.congreso.es/es/
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